Como tantos otros me había convertido en un esclavo del instinto Ikea para acomodarse en casa. Si veía algo original como una mesita de café en forma de Yin Yang, tenía que comprarla. Así como el combinado de oficina personal Klipsk, la bicicleta estática Hovetrekke o el sofá Ohmashab con el diseño Strinne de rayas verdes. Incluso las lámparas de alambre Ryslampa con pantalla de papel ecológico natural. Ojeaba los catálogos y me preguntaba… ¿qué clase de vajilla definiría exactamente mi personalidad? Tenía de todo, incluso una vajilla de cristal con diminutas burbujas e imperfecciones, prueba evidente de que había sido fabricada artesanalmente por el sencillo y laborioso personal indígena de… donde fuera. Antes ojeábamos pornografía, ahora ojeamos la colección de interiorismo.

A lo que se refiere éste instinto es a sentir la necesidad de estar completos, pero no de una manera espiritual como sería lo correcto, sino con cosas, objetos materiales que facilitan la vida, el instinto de supervivencia nos hace comprar más porque creemos que mientras más tengamos más fácil se harán nuestras tareas, luego nos damos cuenta de que las cosas terminan siendo nuestras dueñas, y no al revés...
Me encantó el aporte! Muchas gracias!
ResponderEliminarEs verdad creo tener el instinto ikea desde que era pequeño
ResponderEliminarIKEA se refiere al consorcio de empresas de muebles, no es algo inventado es una empresa de muebles 🙂
ResponderEliminarGracias, gracias por la información...
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